Reflexiones

En primer lugar, la confección de este blog nos ha permitido acercarnos al mundo de las agencias de información y al contexto histórico en el que se desarrollaron. Tema con el que ningún componente del grupo estaba excesivamente familiarizado.  Esto nos has permitido ampliar nuestra visión acerca de cómo han ido evolucionando los flujos de información a lo largo de los últimos siglos.

Si tenemos en cuenta el contexto histórico en el que se formaron las agencias de información, entendemos que el surgimiento de dicho tipo de empresas era poco menos que inevitable. Pues la revolución industrial y  la propagación del capitalismo como nuevo sistema económico hicieron que la sociedad exigiera una mayor demanda de la información. Y el hecho de que aparecieran substanciales avances tecnológicos, como el telégrafo, contribuyeron considerablemente a allanar el camino.

Además nos ha parecido llamativo que las que al principio empezaran como unas escasas y pequeñas empresas familiares, se convirtieran, en relativamente poco tiempo, en agencias enormes por las que circularía una cantidad de información periódica jamás alcanzada hasta el momento.

No quisiéramos pasar por alto que la adopción del telégrafo eléctrico por parte de las agencias, y concretamente por parte de Wolff, revolucionó el mundo de las comunicaciones de la época, ya que desde ese momento se acortaba el tiempo y la distancia en la transmisión de la información. Resulta muy interesante el hecho de que un instrumento como telégrafo, producto de la tecnología más avanzada de la época, y diseñado en un primero momento para el uso militar, fuera introducido en los sistemas de comunicación, y se convirtiera en un fenómeno rompedor. Decimos que nos parece interesante porqué el proceso descrito es en gran medida similar al que está teniendo lugar en los últimos años con la adopción de internet por parte de los medios de comunicación. Al igual que hace dos centurias,  internet, como un  producto de la tecnología más avanzada de la época, en un principio, también fue diseñado para mejorar la estrategia militar y su incorporación en la comunicación también ha revolucionado el sistema acortando el tiempo y la distancia en la transmisión de la información, aunque de una manera mucho más sofisticada y compleja.

A parte de esto, nos han resultado prodigiosos los intereses que durante el proceso de consolidación de la sociedad de masas, generó la información. Intereses que llegaron hasta el punto de crear, entre las tres principales agencias de información – Havas, Reuter y Wolff –, un oligopolio sobre el mercado de noticias mundial.

También quisiéramos subrayar el hecho de que ya desde el primer momento en que la información empezó a considerarse como un bien muy anhelado por los beneficios que aportaba, las personas y entidades más poderosas de Europa pusieron mucho empeño para hacerse con el control, aunque a menudo quisieran maquillar dicho esfuerzo con la pretensión de actuar de manera desinteresada. En relación a esto, la agencia Wolff constituye un ejemplo a tener en cuenta. No quisiéramos pasar por alto que el canciller Bismarck, con la excusa de proteger a la agencia de una agresiva competencia, utilizara sus servicios a favor de sus intereses de forma indiscriminada hasta el fin de su carrera política. Jugada que Hitler repetiría un poco más tarde convirtiendo la agencia en un instrumento al servicio de la propaganda nazi. En esta línea, no resulta nada alentador que ya desde el principio el poder condicionara la información y que después de casi dos siglos de evolución los intereses de la autoridad dominante sigan coartando las noticas que se publicaran en algunos medios.

A pesar de ello, consideramos que el servicio que han ofrecido y continúan ofreciendo las agencias de información es fundamental, ya que constituyen una fuente elemental para que los medios de comunicación puedan propagar la información de la forma rápida y detallada, tal como lo han estado haciendo a lo largo de estos años.  Aunque, si bien es cierto que la puesta en funcionamiento del mecanismo de dichas agencias ha permitido, a lo largo de su historia, dar voz a las comunidades más desfavorecidas – víctimas de una guerra u de un crac económico, por ejemplo –, mediante información que ha llegado a la mayor parte de la sociedad desarrollada, no lo es menos que el motivo de que dichas agencias actuaran de este modo estuviera a menudo más motivado por el dinero que podían ganar, que  por el sentimiento ético de crear una consciencia social. Desde esta perspectiva, ellos eligen que es noticia y que no lo es, es decir, de que se enterará la sociedad y de que no. Esta, a nuestro modo de ver, constituye una grieta muy importante que las perspectivas de la nueva sociedad de la información y los nuevos métodos que ésta blinda, deberían contribuir a remendar.

Internet nos ayuda a comprender mejor cómo funciona el mundo, e iniciativas como la de Wikileaks los demuestran superando las barreras impuestas por el gobierno más poderoso del mundo para hacer llegar la información a los ciudadanos. Wikileaks ha desafiado a gobiernos, empresas y organizaciones de todo el planeta a la vez que ha puesto en cuestión algunas de las premisas y rutinas fundamentales del periodismo. Y todo esto ha sido causado por Internet y la nueva sociedad de la información a la que ha dado pie. Ahora, los ciudadanos ya no estamos subordinados al poder de los estados o de entidades privadas que nos digan que información debemos consumir, negándonos el acceso a los contenidos que a éstos no les interesa mostrar. Hoy, mediante la red, el consumidor de información puede interactuar con la fuente de la que proviene el material que está utilizando. Sin ir más lejos, este blog podría servirnos como ejemplo. La persona que decida aprovecharse de los contenidos que aquí se exponen tiene la oportunidad, además, de comentarlos y ampliarlos en el mismo blog, e incluso de contactar directamente con sus creadores, si así lo quisiese. En definitiva, hoy en día, cada persona, cada internauta, puede constituir una fuente de noticas autónoma. Desde esta óptica, aunque no resulta fácil predecir cuál será el futuro de las agencias de información, resulta indudable que para perdurar tendrán que adaptarse a esta nueva manera de entender la comunicación que se está imponiendo a pasos de gigante a lo largo y ancho de todo el mundo.